El parque Güell de Barcelona recibió el año pasado cuatro millones de visitantes y el Ayuntamiento de Barcelona quiere reducir esa cifra a la mitad, porque el parque está saturado y tanta afluencia de visitantes lo pone en peligro, especialmente la zona monumental. De hecho, la masificación ha sido denunciada en reiteradas ocasiones por los vecinos, al igual que la proliferación del top manta. El dragón de la entrada no se ha librado de gamberradas y el estado de mantenimiento y limpieza en general es criticado hasta por los profesionales del sector del turismo.
El flujo de visitantes se controlará restringiendo el acceso a la zona monumental mediante tornos u otro tipo de sistema. "Eso lo decidirán los técnicos a lo largo del próximo año. Antes se debe calcular la capacidad de las zonas del parque", explicó Imma Mayol, regidora de Medio Ambiente del Consistorio. El 86% de los visitantes son turistas y el 70% extranjeros. El 16% restante son vecinos de los barrios colindantes-La Salud, Taxonera, Vallcarca y el Carmel- para los que el paso estará siempre abierto, según aclaró la regidora. La afluencia de visitantes se ha disparado en los últimos años y se ha pasado de 1,6 millones en 2000 a cuatro millones el año pasado.
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