viernes, 10 de septiembre de 2010

Festa del Metro al carmel amb un protagonista la pluja

Us poso un escrit de la Vanguardia del dia 8/9/2010, que crec que es molt interessant:

Ayer, en el Carmel, quienes sostienen que un ejército implacable, capitaneado por el mal fario, la desdicha, el infortunio y la mala pata, persigue desde hace tiempo a los gobiernos socialistas podrían haber encontrado nuevos argumentos para seguir alimentando esta peregrina teoría conspirativa. Un aguacero traicionero, corto pero intenso, inoportuno, acabó con la fiesta popular organizada por el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat para celebrar que el Carmel, la Clota, el Coll, Sant Genís dels Agudells y la Teixonera ya tienen metro. Las nubes, respetuosas durante toda la tarde con unos barrios que el 31 de julio - día en que entraron en servicio tres nuevas estaciones de la L5-ascendieron por fin a la Primera División, descargaron al anochecer, justo en el momento en que las autoridades se dirigían a los centenares de personas congregadas en la rambla del Carmel. Con las primeras gotas, la concejal de Horta-Guinardó, Elsa Blasco, y el líder vecinal Fernando González, protegidos por unos enormes paraguas oficiales, se salvaron del naufragio improvisando unos breves parlamentos. Lo mismo hizo, con muchas tablas, el alcalde Jordi Hereu, quien vio en la lluvia la prueba de que "Barcelona se moja por el Carmel". En el primer acto conjunto del president y el alcalde tras el anuncio de la fecha electoral, no hubo tiempo para más, ni siquiera para leer en las palabras o en los gestos de José Montilla qué futuro le espera a Jordi Hereu después del 28-N. El alcalde, no obstante, rentabilizó una fiesta que llegó casi cuarenta días después de la inauguración de las nuevas estaciones de la línea 5. A diferencia de Montilla, que acudió a la cita con notable retraso, Hereu dispuso de más de una hora para repartir besos, bromear con niños y ancianos, fotografiarse con sus numerosos admiradores del Carmel y escuchar las quejas de algún ciudadano molesto con el vecino incívico o con la frecuencia de paso de los autobuses. Antes de mojarse literalmente, el alcalde se dio otro baño, un baño de autoestima en un barrio que, a juzgar por la acogida que le dispensó ayer y por los resultados cosechados por los socialistas en el Carmel tras el hundimiento de las obras del metro hace ya más de cinco años, se resiste a desertar del PSC. Aquí Hereu aún es visto como un alcalde próximo, capaz de arrancarse con éxito a cantar unas habaneras en plena fiesta mayor del barrio, como hizo el pasado mes de julio. En aquella ocasión disfrutó de un buen rato. Ayer también, hasta que apareció el aguafiestas: la lluvia. ...